Crecí rodeada de personas que me enseñaron a amar a los otros animales, a las plantas, a la Tierra. Eso me llevó a querer aprender más sobre cómo cuidarlos, y eso me llevó a querer aprender sobre la crisis ecológica, la explotación, la contaminación y la extinción.
En ese proceso empecé a encontrarme una y otra vez con una narrativa que a primera vista tenía mucho sentido: los humanos somos el problema, la Tierra está bien solo cuando no estamos nosotros y lo mejor que podemos hacer es alejarnos de ella tanto como sea posible. De hecho, de acuerdo a esa narrativa, lo mejor que podemos hacer es extinguirnos.Leer más